Los formatos de sus obras suelen ser imponentes, de hasta cuatro metros, lo que hace más provocativa su puesta en escena. Muchas de ellos son claras citas a obras clásicas, evidenciando su condición paradigmática pero mutando a sus protagonistas en personajes de cartoon y superhéroes infantiles.
El género Still Life o Naturaleza Muerta - incluido el ejercicio previo a la pintura de preparar escenas para ser retratadas - La construcción de sus maquetas esta vez contempla materiales variados, como juguetes, y restos de ellos, más otros objetos que son dispuestos en pequeños montajes o “historias” de carácter narrativo. Sus personajes son menos referenciales, más desconocidos; profundizan el factor inquietante, que es casi un leitmotiv en la obra actual de Ferrer.
El universo de los cuentos infantiles es una de las evocaciones que motivan este trabajo. El susto y el extrañamiento que nos provocan historias siniestras que escuchamos desde niños es objeto de exploración para Pablo Ferrer, en esta serie de escenas construidas.
PABLO FERRER Estudió Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de Chile y Magíster de Artes Visuales en la misma casa de estudios. Fue ayudante del pintor Gonzalo Díaz y entre sus primeras exposiciones está la colectiva “Escenográfica” (2002) en la desparecida galería Muro Sur. Posteriormente, en 2004 presentó la muy bien criticada “Épico: de Liliput a Brobdingnag”, junto a Jorge Cavieses en la galería Gabriela Mistral. Ha llevado su obra al extranjero y a muy temprana edad ha sido destacado por medios y especialistas como un artista de gran proyección.