jueves, 24 de junio de 2010

Paper III / ¿ Invasión ?

Por cultura generalmente artística, por un interés profundo o tan solo si escuchamos un simple rumor por aquí o por allá que habla del trabajo realizado durante el siglo XX entorno al video arte, es indudable no generar una relación directa con los denominados precursores del video arte, el chileno Juan Downey y el coreano Nam June Paik, amigos y compañeros de ruta videológicamente tecnológica. Juan Downey nace en Chile, viajero radicado en Estados Unidos, país en el que posteriormente fallecerá, en sus comienzos como artista Downey trabajó desde el dibujo, la pintura y el grabado; sin abandonar estas técnicas, a mediados de los años sesenta exploró y se introdujo en las nuevas (antiguas) tecnologías (cine y video). Ahora bien ponerme a escribir sobre Juan Downey presenta en mi una complicación, una irrelevancia manifiesta frente al trabajo realizado por éste a lo largo de su carrera, un rechazo natural totalmente definido por juegos de gustos e interés, debo realizar esta declaración antes de comenzar el paper, Don Juan Downey no es santo de mi devoción, lo cual no es indicativo de una negación hacia su trabajo, es justo reconocer que fue uno de los grandes artistas del Siglo XX, por su aporte al video arte a nivel mundial.
Si hablamos hoy de medios tecnológicos nos daremos cuenta que esto es algo común y casi inherente en la gran mayoría de la población, las puntas de flecha y el fuego, pero actuales. Los medios y artilugios poseen un rol preponderante dentro de la conformación de un individuo y es así como estos hacen del mundo contemporáneo el escenario perfecto para transformar ideologías en dogmas, pensamientos en religiones y soliloquios en manifiestos políticos. Es así como la televisión, las cámaras, los celulares, el internet y la misma cultura son las armas que se utilizan para manejar al ser autodenominado “civilizado”. De la misma manera el entorno se presenta importantemente como un medio de expresión, por el cual todo fluye, se relaciona y desarrolla día a día (trabajos, estudios, viajes, etc.).Es así como los medios denominados en la actualidad como tecnologías antiguas (video, fotografía, televisión, radio y cine) causaban un efecto doblado.

La idea no es hacer del paper un resumen del trabajo completo de Juan Downey, es por eso que me centrare tan solo en el carácter antropológico que tuvo por un periodo el trabajo de éste individuo, principalmente en la serie “Video Trans Américas”, desde sus primeras obras de video performances se plasmo el interés por la identidad y la diferencia. Esta inquietud persistente por la identidad lo embarca en uno de sus cuerpos de obra más extensos y complejos de su carrera artística. Downey emprende una serie de viajes que lo llevan desde Nueva York a variadas localidades del centro y sur del continente Americano, formando de alguna manera un viaje familiar, pero con una idea preconcebida de buscar denominadores comunes de identidad y comunicación entre los distintos pueblos. La imagen móvil y fluida del video se convirtió no sólo en una metáfora del viaje emprendido por Downey y su familia, tanto como una forma de comunicación y circulación de las imágenes, como también en un mapa cartográfico activo de las tantas Américas presentes en el continente. El proyecto emprendió vuelo en 1976 con una serie de viajes por Norte y Centro América, para luego recorrer parte del Sur. Una segunda etapa tuvo lugar en el Río Orinoco, en la frontera entre Venezuela y Brasil, sumada a otros viajes al sur de Chile. La tercera etapa culmino con un viaje al Amazonas durante el cual Downey convivió con varias comunidades indígenas: Piaroas, Guahibos, Maquiritari, y nueve meses con los Yanomami una de las tribus que aún se conservan en un grado de primitivismo casi total. La idea de mostrar a una cultura a sí misma y a otras culturas diferentes, por medio de la confrontación de la imagen de los indígenas con los mismos indígenas, genera una especie de retroalimentación asistida y casi obligada, pero lo interesante de todo esto es que supone una realidad totalmente inédita para los indígenas, las carabelas de Colón llegando a América o las aeroplanos sobrevolando la amazonia peruana, es el corromper la mirada virgen que ellos conservaban y hacerlos enfrentar a una realidad no comprendida ni tampoco aceptada del todo.
Ahora bien surge mi cuestionamiento y lo relaciono de inmediato a la oposición de Downey frente al golpe de Estado de 1973 en Chile, contenedor de una mentalidad totalmente compartida por mi parte, en contra de un movimiento que coartaba la libertad y la libre expresión -según describe Evelyne Meynard, amiga de Downey- “Juan Downey era rupturista pero no despelotado. Sí anárquico. Era capaz de ver el orden en el caos. Era izquierdista renovado de una manera especial, porque a veces utilizaba discursos típicos de la izquierda acompañado de una expresión de cansancio en su rostro. Pero siempre fue anti- Washington, anti-imperialista, anti-capitalista.” Esto tan solo nos entrega una postura frente a una problemática a nivel mundial como lo es el tema de lo capital, ese dominio existente por parte de grupos y tendencias políticas junto a masas altamente acaudaladas y malintencionadas, esa pseudo libertad impuesta y aplicada por ellos mismos hacia y para el común y silvestre del habitante. Video Trans Américas no se aleja del todo, una obra realizada desde una mirada totalmente antropológica pero desde la occidentalización propia de la concepción mental de Juan Downey, un David Livingstone cualquiera, pero setentero y acompañado de nuevos artilugios.
Entonces ¿se estará generando una especie de empresa de conquista secreta por parte de Downey? la permanencia y la relación de éste junto a las tribus más la realización de su obra de campo, se transforma misteriosa y secretamente en una especie de dictadura carismática, como un individuo dijo alguna vez una dictablanda, ¿Invasión accidental o planeada? siendo o no con una intencionalidad manifiesta de su proyecto, esta acción se llevo a cabo y coarta de cierta manera la noción de realidad de los nativos, una marcada invasión. Es en este punto cuando entran en juego los límites del arte, concepto para mi anticuado pero que sirve de cierta manera como una especie de puntapié inicial para generar críticas entorno a alguna obra, ¿pero para qué ponerle un límite a Video Trans Américas? “Pero esto no es peligroso. Lo que tú tienes es simplemente un espejo para distancia y ángulo variable” esta fue la respuesta de un indígena Yanomami refiriéndose al dispositivo de video de Downey, cita extraída de una entrevista que se le realizó a Juan Downey, finalmente éste intenta desmitificar a la cámara de video mientras realiza un relación con lo antropológico que aun mas allá de esa carga casi sociológica, es más bien una narración de hechos adecuados a una connotación propia, la mirada de Downey.